El linfoma cutáneo es una neoplasia maligna que puede afectar a perros y gatos. Aproximadamente el linfoma cutáneo representa el 1% de las neoplasias cutáneas en el perro y aproximadamente del 3 al 8% de todas las presentaciones de linfoma. En el gato el linfoma cutáneo representa aproximadamente el 2.8% de las neoplasias cutáneas. En algunos casos en humanos se ha identificado al virus humano T-linfotrópico (HTLV-1) y en algunos otros casos al virus herpes humano 8 (HHV-8) por lo que se piensa que un virus pueda estar relacionado en el desarrollo de la enfermedad, sin embargo en perros y gatos, la causa es desconocida y los gatos con linfoma cutáneo tienden a ser negativos al virus de la leucemia felina (FeLV). En humanos, aunque es controversial, se piensa que exista una posible relación entre inflamación crónica y desarrollo de linfoma epiteliotrópico. Recientemente, en un estudio retrospectivo, se planteó una posible asociación entre dermatitis atópica y linfoma epiteliotrópico en perros; en este estudio se encontró que el riesgo de desarrollar linfoma epiteliotrópico fue 12 veces mayor en perros con dermatitis atópica en comparación a perros sin presentar dermatitis atópica. Histológicamente, el linfoma cutáneo es dividido en linfoma epiteliotrópico y en linfoma no-epiteliotrópico.
LINFOMA EPITELIOTRÓPICO CUTÁNEO
En
perros, el linfoma epiteliotrópico generalmente afecta a perros de edad
avanzada y no tiene una predisposición racial o sexual claramente definida. Esta
neoplasia se caracteriza por presentarse en un rango muy variable de lesiones
cutáneas, pudiendo mimetizar muchos tipos de dermatosis. La mayoría de los
pacientes son presentados por padecer una dermatitis crónica. Las lesiones
cutáneas mas comunes son: eritema (80% de los casos), placas (60%), descamación
(60%), Nódulos (60%), erosión/ulceración (40%), costras (40%), lesiones en la
mucosa (40%), prurito (40%) y pápulas (15%).
En humanos, el linfoma epiteliotrópico se clasifica en tres subclases clínicas:
micosis fungoides (presentación clásica y la variante ‘d’emblée’),
reticulosis pagetoide y síndrome de Sézary. En perros la micosis fungoides es, por
mucho, la presentación mas común y clínicamente no puede ser diferenciada de la
reticulosis pagetoide, siendo en realidad, solamente una diferencia histopatológica. El síndrome de Sézary es un linfoma
epiteliotrópico, con lesiones idénticas a la micosis fungoides, pero asociado
con la presencia de linfocitos neoplásicos en nódulos linfáticos y en
circulación sanguínea periférica.
Debido a que la presentación clínica de la micosis
fungoides es tan variada, es posible subclasificarla en cuatro distintas
presentaciones clínicas:
1. Eritroderma
exfoliativo. Caracterizado por la
presencia de eritema afectando áreas variables del cuerpo, y aunque puede
afectar cualquier sitio, el tronco y cabeza generalmente están involucrados, y
puede estar asociado con prurito. Es común la presencia de descamación,
alopecia y despigmentación. Con el tiempo, las lesiones pueden progresar
formando parches, placas y nódulos. Además, puede presentarse linfadenopatía
reactiva o causada por la infiltración de células malignas.
2. Nódulos
y placas solitarias o múltiples. Esta es la presentación mas común en el perro.
La mayoría de los casos tienen presentación simultánea de parches, placas y
nódulos. Las lesiones presentan eritema, descamación, erosión y/o ulceración
con la formación de costra. Las lesiones pueden unirse formando lesiones mas
extensas. Los nódulos presentan eritema y pueden ser desde pocos milímetros
hasta varios centímetros de tamaño. Generalmente no son pruríticos ni dolorosos
al menos que presentaran ulceración e infección secundaria. Puede llegar a
presentarse linfadenopatía reactiva o causada por la infiltración de células
malignas. En humanos se describe una presentación llamada variante ‘d’emblée’ caracterizada por ser
únicamente nodular con infiltración a la dermis profunda.
3. Eritema
mucocutáneo. Caracterizado por la presencia de lesiones infiltrativas eritematosas,
con despigmentación, alopecia, erosión y ulceración. Los bordes mucocutáneos de
la cavidad oral y nasal, plano nasal y palpebrales, son áreas comúnmente
afectadas. En ocasiones el involucramiento solamente del borde mucocutáneo oral
o de algún otro borde mucocutaneo de manera solitaria pude presentarse. Otros
bordes mucocutáneos que pueden afectarse son los del prepucio, vulva y ano.
4. Enfermedad
ulcerativa de la mucosa oral. Se presentan lesiones ulcerativas en la mucosa
oral, sin embargo la gingiva, paladar y lengua también pueden involucrarse.
La citología de nódulos y lesiones infiltrativas
revela la presencia de células linfoides, sin embargo en muchos casos no es
posible apreciar cambios atípicos y si los hubiera, en ocasiones es difícil
diferenciar las células con otros tipos celulares como las células
histiocíticas por lo que la citología no siempre es concluyente, es por esto que
el diagnóstico debe de ser confirmado por histopatología. Histopatológicamente,
el linfoma cutáneo epiteliotrópico se caracteriza por la infiltración de linfocitos T neoplásicos con tropismo específico
por la epidermis, epitelio de la mucosa y estructuras anexas (folículo piloso,
glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas apocrinas). Las linfocitos atípicos
generalmente son monomórficos aunque pueden variar dependiendo del caso. Los
linfocitos son de tamaño mediano (20 a 30 micras) con núcleo hipercromático de
bordes irregulares. La actividad mitótica es baja. Los linfocitos pueden estar
infiltradas de manera difusa en el epitelio y además forman acumulaciones
focales dentro del epitelio, llamados microabscesos de Pautrier. Con el tiempo
la infiltración generalmente progresa hasta afectar a la dermis. En la
reticulosis patgetoide generalmente la infiltración se limita primordialmente a
la epidermis; sin embargo en fases avanzadas, la infiltración puede afectar a
la dermis y su diferenciación con micosis fungoides no es posible, por lo que
algunos autores consideran que la reticulosis pagetoide en perros es una
variante de la micosis fungoides. En las lesiones nodulares, los linfocitos tienden
a ser de mayor tamaño con citoplasma claro y abundante, dando la apariencia de
células histiocíticas, además de presentar mayor actividad mitósica. Las
lesiones en el síndrome de Sézary son idénticas a las de micosis fungoides con
la excepción de la presencia de linfocitos pequeños con núcleo hipercromático de
bordes irregulares y forma cerebriforme. Estas células son encontradas en nódulos
linfáticos, en sangre periférica y en ocasiones en bazo, hígado y otros
órganos.
El linfoma epiteliotrópico es originado por células
T (CD3+); en perros en la mayoría de los casos (80%), las células son T cytotóxicas
[CD4(-)/CD8(+)] y en aproximadamente 20% las células presentan un fenotipo
CD3(+)/CD4(-)/CD8(-), que es consistente con células NK o asesinas. En el 90%
de los casos en humanos, las células T son cooperadoras con un fenotipo
CD3(+)/CD4(+)/CD8(-). En aproximadamente 65% de los casos de linfoma
epiteliotrópico en perros, las células neoplásicas dejan de expresar CD5, esto
puede ser de ayuda en reconocerlas con linfocitos reactivos.
La
técnica de reacción de polimerasa en cadena (PCR) puede ser utilizada para
confirmar el diagnóstico de linfoma. El PCR amplifica el gen del DNA que
codifica al receptor de antígeno clonalmente reordenado de la región variable
del receptor de membrana de los linfocitos T (TCR); si el resultado indica un
antígeno monoclonal, este es consistente con la presencia de malignidad como
linfoma, mientras si el producto es policlonal indica un proceso reactivo. Esta
prueba tiene una sensibilidad aproximada del 91% y una especificidad del 95% en
neoplasias linfoides en perros. El término de PARR es utilizado para
distinguirlo de otros tipos de análisis de PCR y de otros métodos para
determinar clonalidad.
El tratamiento del linfoma cutáneo depende de la
presentación de la enfermedad. Las lesiones solitarias deben tratarse
localmente, de ser posible, con cirugía o
con radioterapia. Las células linfoides son radiosensibles por lo que el
tratamiento con radioterapia fraccionada (dosis total de 35 a 45 Gy)
generalmente resulta en el control por
un tiempo prolongado. En un estudio reciente de perros con lifoma
epiteliotropico mucocutaneo oral,
tratados con radioterapia fraccionada (con o sin quimioterapia adyuvante), se
encontró una remisión completa en el 42% y una remisión parcial en el 25% de
los pacientes, y la mediana del tiempo de supervivencia de los perros fue de
770 días. A pesar de que sea una presentación localizada, es recomendado
utilizar quimioterapia adyuvante despues del control local quirúrgico o con
radioterapia. El tratamiento de elección para el linfoma cutáneo de presentación difusa (o de
manera adyvante para casos localizados) es la quimioterapia sistémica. Los
protocolos mas utilizados para el linfoma epiteliotrópico en perros son
protocolos que contengan lomustina (CCNU) con prednisona. Con el uso de estos
protocolos es estimado obtener una respuesta en aproximadamente 80%; sin
embargo generalmente el tiempo de respuesta es corto de aproximadamente 3 (con
un rango de 2 a 6 meses), aunque ocasionalmente se observan remisiones mas
duraderas. En lo personal, el protocolo que utilizo es un protocolo con
lomustina, vincristina y prednisona con os in la inducción con L-asparaginasa. Otras
opciones de quimioterapia, incluyen los protocolos tipo CHOP y COAP. En lo
personal, recomiendo como segunda línea protocolos que
contengan doxorrubicina (protocolos tipo CHOP). Otros agente que he utilizado,
sobre todo como terapia de mantenimiento o sustitución en dado caso que la
lomustina tenga que ser descontinuada son el melfalán, ciclofosfamida y
clorambucilo. Otro protocolo que puede llegar a ser efectivo, ya que en general
se considera ser mas efectivo en linfomas de células T, es el protocolo MOPP
(mecloretamina, vincristina, procarbazina y prednisona). En lo personal no he
llegado a tratar a una gran cantidad de pacientes con linfoma epiteliotrópico
con este protocolo para llegar a una conclusión, pero en mi opinión tiene
fundamentos válidos para ser una razonable alternativa de tratamiento. El
tratamiento con retinoides (isotretinoina o
etretinato) o con altas dosis de ácido linoleico, ha sido documentado en el
pasado en presentar cierta eficacia en el tratamiento de linfoma
epiteliotrópico en perros; sin embargo la falta de repetitividad de resultados,
hace que en la actualidad exista controversia en cuanto a su uso y eficacia;
sin embargo, mientras no causen efectos secundarios, estos pueden llegar a ser
utilizados. En la actualidad no se recomienda de manera estricta el uso de
mecloretamina de manera tópica ya que este es un agente quimioterapéutico
altamente carcinogénico, y la exposición directa a este agente es considerado
de alto riesgo para la salud (el contacto con este agente se ha asociado al
desarrollo de carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas, carcinoma
de colon y linfoma de Hodgkin’s en humanos). En gatos, el tratamiento de
elección se incluyen protocolos con base a lomustina o doxorrubicina
(protocolos tipo CHOP). Es importante en todos los casos de linfoma
epiteliotrópico el reconocimiento y tratamiento, tanto tópico como sistémico, de complicaciones
secundarias como la presencia de pioderma secundario y prurito, lo que ayuda en
gran manera a mejorar la condición de la piel y de la calidad de vida de los
pacientes. Aunque no es común que ocurra una muerte natural debido a la neoplasia, desafortunadamente en muchos casos, la eutanasia es necesaria
debido a la severidad de la condición de la piel y deterioro de la calidad de vida.
LINFOMA NO-EPITELIOTRÓPICO CUTÁNEO
El linfoma no-epiteliotrópico puede aparecer de manera primaria o en
conjunto de una presentación multicéntrica. La mayoría de los linfomas
no-epiteliotrópicos en perros y gatos son de origen celular T (CD3+), y siendo
la mayoría CD8+/CD4- o CD8-/CD4-. Las células T generalmente expresan CD45RA,
distinguiéndose del linfoma epiteliotrópico donde las células T generalmente
son negativas a este marcador. En gatos, las células generalmente son
CD3+/CD8-/CD4-. El linfoma no-epiteliotrópico es considerado
en ser la presentación mas común de linfoma cutáneo en gatos, pero en perros es
mas común el linfoma epiteliotrópico. En gatos se ha encontrado que
aproximadamente el 40% son positivos al virus de la leucemia viral felina
(FeLV).
El linfoma no-epiteliotrópico se caracteriza por la
formación de nódulos o placas únicas o múltiples localizadas en la dermis y
tejido subcutáneo, e histológicamente no afectan a la epidermis, involucrando solamente
a la dermis profunda y tejido subcutáneo. Las lesiones se caracterizan
histopatológicamente por la formación de masas dérmicas y subcutáneas
no-encapsuladas compuestas principalmente por agregados perivasculares de una
población monomórfica de linfocitos, pudiendo ser células pequeñas
(linfocítico) o de células grandes [linfoblástico, imunoblástico o de células
claras (incorrectamente también llamado histiocítico)]. Las lesiones se pueden
presentar en cualquier parte del cuerpo, aunque la cavidad oral no es
comúnmente afectada y la mayoría de los casos presentan linfadenopatía regional
o generalizada. En medicina veterinaria se han descrito otras dos formas
distintas de presentación del linfoma no-epiteliotrópico: 1) linfoma
no-epiteliotrópico vasotrópico y vasoinvasivo (también llamado granulomatosis
linfomatoide) caracterizado por la presencia de nódulos y placas con una
exudación masiva y presencia de costras afectando generalmente a la cara,
párpados, bordes mucocutáneos y tronco,
y además llega a presentarse involucramiento pulmonar, y 2) linfoma cutáneo intravascular (también
conocido como angioendoteliomatosis maligna) que se ha identificado en muy
pocos casos de perros, en la piel, sistema nervioso y otros órganos. Esta
presentación se caracteriza por la proliferación intravascular de linfocitos
malignos con la ausencia de un tumor sólido primario.
En lesiones localizadas, la remoción quirúrgica
completa de la lesión puede llegar a ser curativa, sin embargo, la mayoría de
los casos presentan una progresión rápida de la enfermedad, metástasis a
nódulos linfáticos y un subsecuente involucramiento sistémico, por lo que la
quimoterapia sistémica está indicada en todos los casos. En general, son recomendados
los mismos protocolos utilizados para el linfoma epiteliotrópico, siendo los
más efectivos los protocolos con base de lomustina o doxorubicina (protocolos
tipo CHOP). Otros protocolos potencialmente efectivos son los protocolos con
agentes alquilantes como el protocolo MOPP. En gatos los protocolos con base a
lomustina o doxorrubicina suelen ser los más efectivos.
PROTOCOLOS
Protocolo con base a lomustina (CCNU)
Día 1: Lomustina 60 a 70 mg/m2 PO*
Día 15: Vincristina 0.5 a 0.6 mg/m2
IV
El
ciclo es repetido en el día 21
Prednisona 40 mg/m2 PO
por cada 24 hrs por 7 días, posteriormente 20 mg/m2 PO cada 48 hrs
*En
perros de 10 a 15 kg la dosis de lomustina es de 50 a 60 mg/m2
*En
perros menores de 10 kg la dosis de lomustina es de 50 mg/m2 o 1.5 - 2 mg/kg
Protocolo CHOP
Día
1: Doxorrubicina 30 mg/m2
IV
Día 8: Ciclofosfamida 200 mg/m2
IV o PO
Día 15: Vincristina 0.5 a 0.6 mg/m2
IV
El
ciclo es repetido en el día 21.
Prednisona 40 mg/m2 PO
cada 24 hrs por 7 días, posteriormente 20 mg/m2 PO cada 48 hrs
*En
perros de <15 kg la dosis de doxorrubicina es de 1 mg/kg IV
Protocolo UW-19 o UW-25 semanas (ver protocolo para linfoma sistémico)
Protocolo MOPP
Día
1: Mecloretamina 3 mg/m2 IV
Vincristina
0.5 a 0.7 mg/m2 IV
Día
8: Mecloretamina 3 mg/m2 IV
Vincristina
0.5 a 0.7 mg/m2 IV
Día 1 a 14: Procarbazina 50 mg/m2
PO cada 24 hrs
Prednisona 30 mg/m2 PO
cada 24 hrs por 14 días, posteriormente 20 mg/m2 PO cada 48 hrs
El
ciclo es repetido cada 21 o cada 28 días.