Terapias Dirigidas Contra el
Cáncer: Inhibidores de las Proteínas Tirosina Cinasa (TKs) en Oncología
Veterinaria
En las células normales, existen señales que son
generadas e iniciadas en el exterior de la célula y transmitidas a través del
citoplasma hacia el núcleo, donde se regula el crecimiento celular,
diferenciación, supervivencia y muerte programada (apoptosis). En los últimos
años se ha reconocido que muchos de los componentes de las vías de la
transducción de la señal se encuentran desregulados en células malignas,
causando un crecimiento celular incontrolado contribuyendo a la formación de la
neoplasia. Debido a que muchas neoplasias tienen alteraciones similares en los
componentes de las vías de transducción, estos componentes se han convertido en
un blanco muy prometedor para una intervención terapéutica. Existen muchos
transductores de señales; uno de los grupos más estudiados y en el que se ha
desarrollado una gran cantidad de fármacos específicos para este, es el grupo
de las proteínas cinasa. Las proteínas cinasa se dividen en dos grupos: las
proteínas tirosina cinasa (TKs) y las
proteínas serina/treonina cinasa (STKs). Por su localización, las proteínas cinasa se clasifican en aquellas expresadas en la membrana o superficie
celular (llamados receptores tirosina cinasa; RTKs), proteínas cinasa
citoplasmáticas y proteínas cinasa nucleares.
Las proteínas cinasa juegan un
papel crítico en la transducción de señales en células normales y regulan una
variedad de procesos celulares críticos como el crecimiento y diferenciación
celular. Estas proteínas son activadas a través de la fosforilación. El proceso
generalmente ocurre en respuesta a estímulos externos generados por factores de
crecimiento que se unen, activando así a los receptores tirosina cinasa
(RTKs). Como ejemplos de RTK están el receptor de crecimiento de fibroblastos
(FGF), receptor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF), receptor de
crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), receptor de crecimiento de células
epidérmicas (EGF), receptor de células madre (KIT), entre otros.
Las neoplasias para crecer
aproximadamente más de 2 mm requieren de la formación de vasos sanguíneos
para poder sustentarse y desarrollarse, por lo que el proceso de angiogénesis
es sumamente importante para el desarrollo del cáncer. La función normal de las
proteínas cinasas también es crítica en el proceso de angiogénesis; dos RTKs
críticos para este proceso son el R-VEGF y el R-PDGF.
Las proteínas cinasa
citoplasmáticas actúan como puente conduciendo la señal generada por el
receptor. Muchas de estas vías han sido identificadas en jugar un papel
importante en cáncer, como ejemplo esta RAS y PI3K/Akt. Después de que la señal
ha sido conducida desde la superficie celular a través del citoplasma a través
de las TKs citoplasmáticas, esta es transmitida al núcleo, alterando la
transcripción génica y proteínas que controlan el ciclo celular como las
ciclinas y las proteínas cinasa dependientes de ciclinas (CDKs).
La disfunción de varias proteínas cinasas se ha caracterizado en una variedad
de tipos de cáncer en humanos y de algunas neoplasias en perros y gatos. Las
desregulación de las proteínas cinasas puede estar dada por varios mecanismos
como mutación, sobreexpresión, fusión de proteínas o circuitos autócrinos. En
el caso de las mutaciones, resulta en la autofoforilación (autoactivación) en la
ausencia de una señal apropiada (ausencia del factor de crecimiento). Por
ejemplo, en aproximadamente 25% de los mastocitomas grado 2 y 3 presentan una
mutación en el receptor KIT. Esta mutación resulta en la activación constante
de KIT en la ausencia del factor de crecimiento; la presencia de la mutación
está asociada con un mayor riesgo de recurrencia y metástasis.
Un esfuerzo considerable en la investigación se ha dado en el desarrollo
de estrategias para inhibir las proteínas cinasas que participan en la
tumorigénesis. Los dos métodos hasta el momento más efectivos en medicina
humana ha sido el desarrollo de anticuerpos antireceptores e inhibidores de
bajo peso molecular. Los anticuerpos impiden la unión del receptor con el
factor de crecimiento así como inicia una respuesta inmune contra las células
tumorales. Como ejemplo en medicina humana se encuentra el trastuzumab
(Herceptin) que actúa contra HER2 y EGFR y se utiliza en cáncer mamario,
ovárico, prostático y cáncer pulmonar. Los inhibidores de bajo peso molecular
actúan bloqueando el sitio de unión del ATP, impidiendo así la fosforilación
(activación) deteniendo la transducción de la señal al núcleo. Uno de los
inhibidores de bajo peso molecular utilizado en medicina humana es el imatinib
(Gleevec) para la leucemia crónica mieloide (CML); aproximadamente el 90% de
los CML tienen una fusión de proteínas BCR-ABL que resulta en una activación
incontrolada. El imatinib inhibe la activación de Abl induciendo una remisión
en el 95% de los casos de CML avanzado. El imatinib también inhibe otro RTK,
c-kit que se encuentra desregulado en una gran variedad de neoplasias en
humanos incluyendo el tumor del estroma gastrointestinal (GIST) donde el 60% al
90% presentan una mutación de KIT. Los GIST son altamente resistentes a la
quimioterapia, con esta el pronóstico es pobre (<5% de respuesta); sin
embargo, con el uso de imatinib aproximadamente 50% a 70% de los
pacientes responden al tratamiento. Otros inhibidores de bajo peso molecular
para uso en humanos que han mostrado eficacia en otros tipos de cáncer son
gefitinib, erlotinib, sunitinib y sorafenib, entre muchos otros.
En la actualidad, en medicina
veterinaria se han desarrollado dos moléculas pequeñas inhibidoras de
proteínas TK para uso en perros, el fosfato de toceranib (Palladia) y el mesilato de masitinib
(Kinavet). Estos medicamentos, en ciertos países se encuentran disponibles de
manera comercial. El fosfato de toceranib inhibe los receptores KIT, VEGF-2, PDGF y Flt-3.
En adición al efecto citototóxico en células neoplásicas, se ha demostrado que
los inhibidores TK pueden además tener efectos inmunomoduladores,
particularmente inhibiendo a las células que pueden favorecer el desarrollo de
neoplasias como linfocitos T reguladores (Treg) y células supresoras derivadas
de la línea mieloide (MDS). El mesilato de masitinib es una molécula pequeña inhibida inhibidora de proteínas cinasas, aparentemente más específico que inhibe de manera primaria a KIT, aunque
también inhibe PDGFa and b, Lyn, FGFR3 y FAK. Esta mayor especificidad, le da
la ventaja de ser potencialmente ser un fármaco más seguro de utilizar, sobro
todo si es combinado con otras modalidades como quimioterapia; sin embargo su
efecto antiangiogénico aparentemente es potencialmente menor en comparación con el fosfato de toceranib. Ambos medicamentos están indicados en el tratamiento de
mastocitomas, ya que los mastocitos (normales y malignos) expresan KIT,
que es fundamental para el desarrollo y diferenciación de estas y como antes
mencionado aproximadamente 25% de los mastocitomas de grado 2 y 3 presentan una
mutación de KIT resultando en la activación constante de KIT en la
ausencia del factor de crecimiento y por lo tanto causando desarrollo,
proliferación e inhibición de apoptosis de las células malignas. En estudios
previos el fosfato de toceranib demostró ser un fármaco eficiente en el control de
mastocitomas de grado 2 y 3 o con presencia de metástasis. La respuesta puede
ser más favorable si la neoplasia presenta mutación de KIT; sin embargo la
respuesta fue observada incluso en neoplasias que no presentaban una mutación.
La actividad biológica encontrada fue de 60%, donde aproximadamente 15%
obtuvieron una remisión completa, 30% remisión parcial y 15% enfermedad
estable. En la actualidad en los Estados Unidos, es un fármaco que forma parte
integral en el tratamiento de mastocitomas de alto grado, con presencia de
metástasis o cuando otras modalidades de tratamiento no sean una opción. A
pesar de estar indicado primariamente para el tratamiento de mastocitomas, el
toceranib ha demostrado tener una actividad biológica en otras neoplasias.
Entre las neoplasias (con evidencia de enfermedad visible) donde se ha
observado actividad biológica están el tumores del estoma gastrointestinal (GIST), adenocarcinoma apócrino de las glándulas
de los sacos anales, adenocarcinoma nasal, osteosarcoma metastásico, carcinoma de células escamosas, carcinoma
tiroideo, quemodectomas, feocromocitomas, y otros carcinomas
neuroendócrinos. Debido a su actividad antiangiogénica, el
toceranib es un fármaco con gran potencial en el tratamiento adyuvante a
cirugía o quimioterapia de otras neoplasias en el caso de tener enfermedad
residual microscópica o en neoplasias con alto riesgo de causar metástasis. La dosis
recomendada es de 3.25 mg/kg PO cada 48 hrs; sin embargo en esta dosis, la
probabilidad de causar efectos adversos es muy alta, por lo que en la mayoría de
los casos la dosis sugerida (en lo personal es la que yo recomiendo) es de 2.1 a 2.5 mg/kg administrada Lunes, Miércoles y Viernes. En general, el fosfato de toceranib es un medicamento que puede ser utilizado de manera segura en gatos, aunque en ciertos casos, se puede llegar a presentar hepatotoxicidad en esta especie.
El mesilato de masitinib también ha demostrado
ser efectivo en el tratamiento de mastocitomas en perros y potencialmente ser
efectivo en el tratamiento de otras neoplasias. Su mayor especificidad y menor
potencial de toxicidad lo ha hecho un fármaco más seguro en la combinación con
quimioterapia; sin embargo se han reportado nefropatía con pérdida de proteínas
y anemia hemolítica con su uso en ciertos casos. En humanos se ha utilizado en
combinación con gemcitabina apara el tratamiento de carcinoma pancreático
obteniendo resultados alentadores. La dosis recomendada del mesilato de masitinib en perros
es de 10 a 12.5 mg/kg PO cada 24 hrs. Aunque su uso no está indicado y
completamente evaluado en gatos, se han realizado estudios farmacoquinéticos en
esta especie y hasta el momento la dosis recomendada en gatos es de 10 mg/kg
cada 24 hrs. El mesilato de masitinib puede ser efectivo para el tratamiento de
mastocitomas primariamente, aunque puede llegar a tener cierta eficacia en
otras neoplasias como sarcomas del sitio de inyección y carcinomas, entre otras neoplasias; sin
embargo otros estudios son necesarios para evaluar su eficacia.
El mesilato de imatinib (Gleevec), otra molécula pequeña inhibida de las proteínas ciinasas KIT y BCR-ABL, es utilizado
en humanos primariamente para tratamiento de leucemia myeloid crónica (CML) y tumores del estroma
gastrointestinal (GIST), también ha sido evaluado para el tratamiento de
mastocitomas en perros. Este medicamento es considerado hepatotóxico en
esta especie al ser utilizado en una dosis alta; sin embargo en las dosis actuales recomendadas en perros (10 mg/kg cada 24 hrs; 10 veces menor a la inicialmente avalada), no es considerada hepatotóxica en perros. Aun en esta dosis puede llegar a causar hepatotoxicidad
idiosincrásica en algunos perros por lo que, si llega a ser utilizado, es
recomendado monitorear las enzimas hepáticas; si estas se encuentran elevadas,
el medicamento debe de suspenderse. La utilización del mesilato de imatinib en gatos no ha
sido ampliamente evaluada; sin embargo la dosis de 10 mg/kg parece ser bien
tolerada por esta especie y una potencial opción de tratamiento en
mastocitomas, sarcoma asociado al sitio de inyección y leucemia mieloide
crónica entre otras neoplasias. La utilización de mesilato de imatinib en perros abre la
posibilidad de tratamiento con moléculas pequeñas inhibidoras de proteínas tirosina cinasa en medicina veterinaria
en sitios donde el fosfato de toceranib o el mesilato de masitinib no sean disponibles. La desventaja es
que los medicamentos para uso humano generalmente tienen un costo elevado. Otra molécula pequeña inhibidora de proteínas tirosine cinasa, que potencialmente pudiera ser utilizado en el
perro es el sunitinib (Sutent) de uso humano ya que posiblemente tiene acción
similar a la del fosfato de toceranib, sin embargo, en mi conocimiento no existe
información en cuanto a la dosis y toxicidad en perros y gatos.
Efectos secundarios de los inhibidores de las
proteínas tirosina quinasa
De manera similar a los quimioterapéuticos, los
inhibidores de proteínas TK frecuentemente inducen
toxicidad sobre tejidos normales, esto es debido al efecto de la
inhibición crónica de los receptores TK que son necesarios para la sobrevivencia
y proliferación celular que se da normalmente en condiciones homeostáticas. Los
efectos de toxicidad son magnificados con inhibidores que inhiben múltiples
receptores en comparación con inhibidores más específicos y acción reducida en
el número de receptores inhibidos.
Tanto el fosfato de toceranib como el mesilato de masitinib
pueden causar anorexia, vómito, diarrea y hemorragia gastrointestinal. Estos
efectos suelen magnificarse en el tratamiento de mastocitomas debido a la
hiperhistaminemia causada por la neoplasia, exacerbando el riesgo de irritación
y ulceración gastrointestinal. Para el tratamiento de efectos
gastrointestinales leves se recomienda utilizar bloqueadores de H1 (famotidina,
ranitidina), inhibidores de la bomba de protones (omeprazol) y/o probióticos o antibióticos para diarrea. Si los signos clínicos son más severos, la descontinuación
temporal de la terapia es recomendada y una reducción de la dosis o frecuencia
de administración al reiniciar tratamiento (por ejemplo ser administrado por
tres semanas y una de descanso). Los efectos mielosupresivos tienden a ser
leves a moderados en la mayoría de los pacientes; sin embargo es necesario
realizar hemogramas con cierta frecuencia durante el tratamiento con el fin de
identificar algún problema. En ciertos casos el fosfato de toceranib causa espasmos
musculares localizados, que llegan a causar dolor o claudicación;
antiinflamatorios, gabapentina y descontinuación temporal del
medicamento es recomendado si esto llegara a suceder. El mesilato de masitinib como antes
mencionado puede llegar a causar hipertensión y nefropatía con pérdida de proteínas. Este
efecto secundario también puede llegar a presentarse con el fosfato de toceranib, aunque en
menor frecuencia. También se ha encontrado el desarrollo de anemia hemolítica
en algunos casos con masitinib. El imatinib puede inducir hepatotoxicidad
idiosincrática en perros (potencialmente cualquier otro inhibidor TK puede
llegar a causar este problema). El fosfato de toceranib puede llegar a causar hipotiroidismo, sobre todo en pacientes que presenten hipotiroidismo subclínico.
Hace falta mucho por investigar y
aprender sobre la efectividad y uso de inhibidores TK, siendo una forma de
tratamiento para el cáncer de cierta manera novedosa en medicina veterinaria y
es esperado que en el futuro, este tipo de terapia sea parte integral en muchas
neoplasias en perros y gatos. En la actualidad otros inhibidores de proteínas TK de uso en humanos están siendo evaluados en perros y gatos, y en un futuro, muchos de estos medicamentos estarán disponibles en medicina veterinaria.
Que interesante. Me gusto mucho la información. La oncología en veterinaria en perros y gatos se ha desarrollado mucho. Felicidades.
ResponderEliminarGostei bastante deste blog. Também fiz um (www.karcinosvet.blogspot.com.br) para falar sobre oncologia veterinária, mas é destinado principalmente aos donos de Cães e gatos. Parabéns.
ResponderEliminarExcelente informaciòn, còmo conseguimos estas drogas en Argentina? ya que las de uso humano son de un costo muy alto. Gracias
ResponderEliminarHasta donde yo se el Palladia de Pfizer y el Kinavet de AB Science, en América, solo esta disponible en EU. Pero no se si Pfizer ya lo esté comercializando en algún otro país de Sudamérica. Habría que contactar a Pfizer en Argentina y preguntarles. Saludos
ResponderEliminarLes confirmo que en España está disponible Palladia de Pfizer.
EliminarNo lo sabía. Esa es buena noticia
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